La Unión Europea puso en marcha el 3 de agosto su nueva legislación para reducir las emisiones contaminantes de la industria, donde incluye las generadas por la producción intensiva de aves y porcinos, dejando afuera por ahora a la ganadería bovina. Los Estados Miembro disponen de un plazo de 22 meses para trasladar sus disposiciones a sus marcos legislativos nacionales. La Comisión Europea evaluará, a más tardar el 31 de diciembre de 2026, si es necesario tomar medidas adicionales con respecto a las emisiones de la ganadería, incluido el ganado vacuno, así como la introducción de una cláusula de reciprocidad para garantizar que los productores no europeos cumplan requisitos similares al exportar a la UE.
La directiva sobre emisiones industriales es el principal instrumento de la UE para regular la contaminación de instalaciones industriales y agroindustriales con sustancias como dióxido de nitrógeno, amoniaco, mercurio, metano y dióxido de carbono, que deberán obtener permisos de emisión de los países, siempre que cumplan con los requisitos exigidos. Según esta normativa, será obligatoria la fijación de los niveles de emisiones más estrictos posibles. El objetivo es que las emisiones de estos varios contaminantes atmosféricos “clave” se reduzca para 2050 en un 40% en comparación con los niveles observados en 2020. También será obligatorio establecer objetivos de rendimiento ambiental para el consumo de agua. En lo que respecta a los residuos, el uso eficiente de los recursos, la eficiencia energética y el uso de las materias primas, los objetivos estarán dentro de un rango.
En cuanto a los establecimientos ganaderos, la directiva se aplicará a las explotaciones porcinas con más de 350 unidades de ganado mayor (LSU)*. Quedarán excluidas las granjas que crían cerdos de manera extensiva u orgánica y en el exterior durante una parte significativa del año. En el caso de las aves de corral, la norma se aplicará a las explotaciones con gallinas ponedoras con más de 300 LSU y a las explotaciones con pollos de engorde con más de 280 LSU. Para las explotaciones que crían cerdos y aves de corral, el límite será de 380 LSU. Según las autoridades, el objetivo es reducir las emisiones provenientes de la producción animal, de manera que estos sectores adapten sus estrategias para cumplir con exigentes estándares medioambientales. Las regulaciones también especifican que las granjas extensivas y la cría doméstica estarán exentas de estos nuevos requisitos. Esta excepción busca ayudar a los pequeños agricultores y a aquellos que practican una agricultura de bajo impacto ambiental, sosteniendo así un modelo de producción sostenible y diversificado en el continente europeo.
La Comisión Europea evaluará, a más tardar el 31 de diciembre de 2026, si es necesario tomar medidas adicionales respecto a las emisiones de la ganadería, incluido el ganado vacuno, así como la introducción de una cláusula de reciprocidad para garantizar que los productores no europeos cumplan requisitos similares al exportar a la UE.
Participación pública, sanciones e indemnizaciones
Para mejorar la transparencia y la participación del público en relación con la concesión de licencias, el funcionamiento y el control de las instalaciones reguladas, se implementará un Portal de Emisiones Industriales, que permitirá a los ciudadanos obtener datos sobre todos los permisos de la UE y las actividades locales contaminantes.
Las empresas que no cumplan pueden enfrentar sanciones de al menos el 3% del volumen de negocio anual en el caso de una infracción grave. Los países de la UE deberán facilitar a los ciudadanos afectados por el incumplimiento el derecho a reclamar una indemnización por daños y perjuicios a su salud.
La Directiva sobre emisiones industriales es el principal instrumento de la UE para limitar la contaminación del aire, el agua y el suelo procedente de instalaciones industriales, incluidas las explotaciones ganaderas intensivas. También regula la generación de residuos, el uso de materias primas, la eficiencia energética, el ruido y la prevención de accidentes.
Directiva de Emisiones Industriales
Los titulares de instalaciones y granjas industriales reciben un permiso de explotación de la autoridad del país en el que están situados. Los valores límite de emisión para las sustancias contaminantes emitidas se definen en los permisos y se basan en las mejores técnicas disponibles, definidas por la Comisión en coordinación con expertos de los Estados miembro, la industria y las organizaciones ambientales. Los permisos deben tener en cuenta el comportamiento ambiental global de la planta, que abarca, entre otras cosas, las emisiones a la atmósfera, las filtraciones en el agua y el suelo, la generación de residuos, el uso de materias primas y la eficiencia energética. Los países de la UE deben organizar inspecciones in situ al menos una vez cada uno a tres años, utilizando criterios basados en el riesgo.
Críticas de los sectores aviar y porcino
La Directiva ha despertado fuertes críticas de varios sectores relacionados con la producción animal en la UE, que afirman que no tiene sentido incluir a las granjas en esta norma y tratarlas como si fueran industrias. Asimismo, las asociaciones de agricultores y cooperativas agrícolas de la UE han llamado la atención sobre las posibles repercusiones de esta directiva en muchas granjas familiares. Aunque el ámbito de la ganadería de vacuno no se ve afectado, la DEI afecta de manera desproporcionada a los productores porcinos, de huevos y a los pequeños avicultores, lo que supone una carga adicional para las granjas mixtas. La inmensa mayoría de las aves de corral de la UE se producen en granjas familiares, a menudo mezcladas con otras actividades ganaderas o agrícolas. Los huevos de corral y camperos se producen principalmente en granjas pequeñas (<30.000 ponedoras) y medianas (<100.000).
Por otro lado, en los países en los que la cría y el engorde de cerdos se llevan a cabo en la misma instalación, una granja con tan sólo 90 a 120 cerdas puede entrar en el ámbito de aplicación, ya que el umbral establecido por la norma para los cerdos de engorde se considera poco realista. En tales casos, el 90% de las granjas porcinas podrían verse afectadas, ya que el nuevo ámbito de aplicación (350 UGM), pone en peligro a muchas granjas pequeñas y medianas. Esto se agudiza porque la cantidad de productores porcinos ha disminuido en la última década, pero no en proporción a la cabaña porcina, lo que ha provocado un aumento del tamaño medio de las piaras. La misma tendencia se observa en las granjas de aves de corral y huevos. La desaparición de muchas granjas pequeñas y medianas acentuará la tendencia a la concentración. En forma similar, el umbral de 280 UGM para las granjas de aves de corral y huevos se ha fijado arbitrariamente sin tener en cuenta la diversidad del sector, lo que afecta aún más a las granjas de pavos
La DEI es injusto para las aves de corral y los huevos ecológicos, y también para las granjas mixtas. En muchas regiones de la UE, es habitual que un agricultor tenga aves de corral y cerdos, o incluso especies monogástricas y rumiantes, ya sea como producción tradicional o para equilibrar las perturbaciones del mercado compensando la pérdida en una producción con la otra. Dado que estas granjas tendrán que aplicar normas de funcionamiento diferentes, la carga para ellas será relativamente mayor que para las granjas de monoproducción, ya que es posible que tengan que duplicar los procedimientos administrativos y aplicar más MTD (Mejores Técnicas Disponibles).
Los productores europeos advierten que la DEI no contiene ninguna disposición que garantice que los requisitos impuestos a los productores de la UE se apliquen recíprocamente a los productos importados de terceros países, lo que aparece como un grave problema. Por ejemplo, la carne y los huevos de aves de corral importados principalmente de Brasil, Tailandia y Ucrania se producen, por término medio, en granjas mucho más grandes que las de la UE y en países con una legislación medioambiental nula o limitada.