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Hacer un Maradona: la habilidad también entra por la boca

Los economistas Martín Rossi y Christian Ruzzier plantean una hipótesis que conecta dos pasiones de la Argentina, Uruguay y Brasil: el fútbol y la carne.

El documento de trabajo completo se puede descargar en: https://ideas.repec.org/p/aoz/wpaper/161.html?source=techstories.org

El documento de trabajo titulado Hacer un Maradona: consumo de carne y destreza futbolística (Making a Maradona: Meat Consumption and Soccer Prowess)*, presentado por Martín Rossi, Doctor en Economía y Vicerrector de la Universidad de San Andrés, y Christian Ruzzier, Doctor en Economía por la Toulouse School of Economics y profesor de la misma casa de estudios, fue publicado on line en IDEAS, una base de datos bibliográfica dedicada a la economía. Respaldado por una amplia revisión bibliográfica y un laborioso trabajo de campo, el estudio proporciona evidencia novedosa de que las personas pobres nacidas en países con alto consumo de carne tienen más probabilidades de mostrar destreza futbolística. “Nuestros hallazgos son sólidos para controlar la población, el ingreso per cápita y el interés en el fútbol. Postulamos que la combinación de carne relativamente barata y bajos costos de oportunidad para participar en una carrera en el fútbol profesional puede explicar esta asociación entre el consumo de carne, el bajo nivel socioeconómico y la destreza futbolística”, indican los autores.

El núcleo de la teoría sostiene que el acceso a carne barata implica una dieta de mayor calidad, lo que permite el desarrollo de las funciones cognitivas necesarias para sobresalir en el fútbol, al tiempo de que la pobreza implica un bajo costo de oportunidad de poner en práctica esas funciones cognitivas mejoradas en el fútbol. La idea del trabajo nació cuando los autores vieron que la FIFA había nominado a los que consideraba los mejores seis jugadores de la historia: Diego Maradona, Pelé, Alfredo Di Stéfano, y Johan Cruyff, en el Siglo XX, y Lionel Messi y Cristiano Ronaldo, en el Siglo XXI. “Nos pusimos a pensar qué tenían en común todos ellos y encontramos que básicamente todos ellos nacieron en hogares de clase baja o clase media baja trabajadora, en países con alto consumo per cápita de carne. Analizamos si realmente podíamos encontrar un patrón general y encontramos que la mayoría de los jugadores con talento vienen de países donde consumen mucha carne y son gente que nació en hogares relativamente pobres”, explicó Rossi.

Con el coautor del trabajo comenzaron analizando los ingredientes principales del argumento “carne-cerebro-talento”. A continuación, produjeron evidencia cuantitativa agregada (a nivel de país) de una correlación positiva sólida entre el consumo de carne y el talento futbolístico (medido por la canti- dad de jugadores, nacidos en un país, nominados al Balón de Oro en 2016-2019), condicionado a la riqueza, el tamaño y el interés en el fútbol. Por último, bajaron al nivel individual de los jugadores más talentosos y observaron sus historias de vida para clasificar a los jugadores según las dos dimensiones de interés: nivel socio-económico de la familia y consumo de carne. “Los resultados mostraron que una fracción no proporcional de los jugadores más talentosos provenía de hogares de bajo nivel socioeconómico en países de alto consumo de carne”, afirman los investigadores.

Pero, ¿qué es lo que liga a la carne con el mejor desempeño deportivo?, los autores indican que si bien se sabe que en el nivel de élite del fútbol profe- sional se requieren habilidades físicas y coordinación motora superiores, también hay un reciente interés en los procesos cognitivos (y relacionados con la creatividad) que son importantes para el fútbol, ya que se ha demostrado que las habilidades físicas y la coordinación por sí solas tienen un valor predictivo bajo. Las funciones ejecutivas, una familia de procesos mentales necesarios para el control cognitivo del comportamiento, se han asociado con jugadores de fútbol talentosos, incluso después de controlar las horas de entrenamiento y el nivel competitivo.

Las funciones ejecutivas incluyen funciones básicas, como la memoria de trabajo, la flexibilidad cognitiva y el control inhibitorio, y funciones de orden superior, como el razonamiento, la resolución de problemas y la planificación. Todas estas habilidades cognitivas son necesarias en el fútbol: “En un deporte de habilidades abiertas como el fútbol, los jugadores exitosos deben reaccionar en un entorno cambiante, impredecible y de ritmo externo, tomando decisiones rápidas que deben reevaluarse constantemente según las circunstancias. El control inhibitorio y la flexibilidad cognitiva son claves para esta capacidad de adaptarse rápidamente a nuevas demandas. La memoria de trabajo, por otro lado, puede ser útil para elegir posiciones y mentalizar posibles opciones en el juego”, indican en su estudio Rossi y Ruzzier.

Justamente, la evidencia acumulada sugiere una asociación positiva entre la calidad de los alimentos y el funcionamiento ejecutivo, mientras que también asocia la desnutrición temprana (como la desnutrición proteico-energética o los déficits de micronu- trientes como la anemia por deficiencia de hierro) con efectos negativos permanentes en las habilidades cognitivas, lo que probablemente respalda un efecto causal. “La carne es un alimento de alta calidad, ya que es una excelente fuente de proteína de fácil digestión, energía y micronutrientes como hierro, zinc y vitaminas del grupo B. Se ha recomendado mejorar el acceso a la carne y otros alimentos de origen animal y su utilización como una forma sensata de promover el desarrollo social y económico y se ha demostrado que un mayor consumo de carne en una etapa temprana de la vida mejora el rendimiento cognitivo, tanto en la niñez como más adelante en la vida, incluso después de controlar los factores de estatus socio-económico y la escolaridad”, afirma el trabajo, “El acceso a carne relativamente barata puede mitigar el impacto negativo de un nivel socio-económico bajo en la cognición, y esto es más probable cuando los hogares pobres se encuentran en un país donde la carne es relativamente barata”.

Por otra parte, los autores resaltan que si bien las funciones cognitivas son necesarias, al talento también se lo debe identificar, desarrollar y nutrir.

Muchos factores intervienen en este proceso, como el dinero, los conocimientos, la infraestructura, el tamaño de la población y el interés por el fútbol en el país. “Queremos resaltar un paso previo: el talento debe aplicarse al fútbol para que se desarrolle y eventualmente se manifieste. Dicho de otra manera, el fútbol profesional es una elección de carrera”, advierten Rossi y Ruzzier, “Al elegir una carrera, los costos de oportunidad son una consideración primordial. Podría decirse que las personas de hogares de bajo nivel socio-económico tienen costos de oportunidad más bajos y, de hecho, la mayoría de los mejores jugadores de fútbol del mundo comenzaron su vida en la pobreza. Los niños de hogares pobres tienen menos probabilidades de ir a la universidad, y al vivir en hogares hacinados, tienden a pasar más tiempo al aire libre, jugando, y muchos terminan practicando un deporte que es relativamente poco costoso como es el fútbol”.

*Rossi, Martín A. y Christian A. Ruzzier (2022). Making a Maradona: Meat Consumption and Soccer Prowess. Documento de trabajo RedNIE N°161.

FUENTE:
carneargentina.com.ar. Diciembre 2022

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